04 Mar Una agradable charla con la tampeña Liana Fuente
Una agradable charla con la tampeña Liana Fuente
Cuando se conversa con Liana Fuente, se adivina enseguida la estirpe de su apellido, insertado en la historia de la industria del tabaco en Tampa. Siguiendo a los grandes titanes que fundaron Ybor City y West Tampa a fines del siglo XIX, hombres como Arturo Fuente le dieron continuidad a ese legado en el siglo XX, contribuyendo al florecimiento de una ciudad que llegó a ser la capital mundial de la fabricación de puros.
Arturo, el bisabuelo de Liana, llegó desde Cuba a principios del siglo XX y en 1912 instaló su primera fábrica, inscribiendo un sello que 112 años después mantiene su prestigio alrededor de un hábito cuyo hechizo se envuelve, como su humo, entre la censura y la alabanza.
Fuente interrumpió la elaboración de tabacos en 1924, cuando su fábrica en West Tampa fue destruida por un incendio. La restableció en 1946 y durante las décadas de 1950 y 1960 estuvo produciendo en el edificio situado en el 2708 N 18th St., el que acaba de adquirir su biznieta. Su abuelo Carlos y su padre Carlos Jr. expandieron la firma Arturo Fuente Cigar Co. por el Caribe al perderse el mercado cubano a inicios de los sesenta, para consolidarse en República Dominicana. Pero, hasta hoy, conservan en Tampa su distribuidora a través de Ybor’s J.C. Newman Cigar Co., desde donde hacen llegar el tabaco a todo Estados Unidos.
Ahora, cuando Liana se empeña en dar vida al edificio, en cuya estampa se adivina desde lejos una vieja fábrica de tabacos, conversar con ella es darle voz a un fragmento de la historia de la ciudad.
En tu decisión de comprar un edificio que perteneciera a tu abuelo Arturo Fuente, ¿cómo se equilibra el impulso sentimental y la utilidad inversora?
Para ser honesta, todo comenzó como un impulso sentimental. No podía soportar que una parte de la historia de Fuente pudiera ser destruida, y mucho menos que el edificio en que estuvo la fábrica de tabacos, que tiene casi 100 años y es una parte crucial de la historia de Ybor, pudiera desaparecer. En la parte alta de esa misma fábrica vivieron mis bisabuelos Arturo y Cristina. También, allí vivió mi abuelo Carlos, quien trabajó al lado de su padre Arturo, haciendo crecer el negocio familiar.
En el primer piso de ese edificio trabajaban hasta 500 tabaqueros. La empresa proporcionó empleos a la comunidad y todos se acercaron y se cuidaron unos a otros como una familia.
Mi padre Carlos P. Fuente (Carlito) y sus hermanos también crecieron allí. Cuando cierro los ojos, a menudo pienso en esos maravillosos recuerdos nacidos allí. Puedo imaginar el olor del café cubano recién colado, entre conversaciones y risas. No podía aceptar que eso fuera destruido. Sabía que la adquisición tenía que tener sentido financiero, si lograba hacerla funcionar como negocio y, a la vez, mantener viva la historia de este edificio. Por ello, mi proyecto es restaurar la vieja edificación y traerla de vuelta a la vida, para que siga siendo una de las joyas preciadas de Ybor City.
Aquí, pretendo ofrecer espacios a empresas, especialmente a mujeres propietarias y crear una comunidad con sentido histórico y cultural. Espero que algún día mis hijos y las generaciones futuras mantengan viva nuestra historia a través del lugar donde existió esta hermosa e histórica fábrica.
Tu abuelo legó un apellido a la cultura del tabaco que goza de un prestigio a nivel internacional. ¿Qué momentos de su vida y su obra te resultan más inspiradores?
Aunque tuve la suerte de conocer a mi bisabuela Christina, mi bisabuelo Arturo falleció antes de que yo naciera, pero lo mantengo vivo a través de las historias familiares que crecimos escuchando. Una de las cosas que tengo muy presente es el hecho de que nuestra familia era muy trabajadora y unida.
Su ética de trabajo y tenacidad se impregnaron en sus hijos y nietos. Él todavía está vivo en todos nosotros.
Hasta la década de 1960, la firma de Arturo Fuente cuenta con la hoja de tabaco cubana para la calidad de su elaboración de puros. Sin embargo, con el rompimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, tuvo que reinventarse para mantener su empresa. ¿Como se recuerda en tu familia el esfuerzo de tu abuelo en su paso por Centroamérica hasta su triunfo en República Dominicana?
Cuando llegó el embargo estadounidense a Cuba, destruyó la industria tabaquera en Ybor City. Mi abuelo Carlos A. Fuente tuvo la previsión de invertir antes del embargo y comprar la mayor cantidad de hoja de tabaco cubano que pudo antes de que fuera prohibido. Fue esa previsión la que permitió a la empresa permanecer en el negocio durante años, a pesar de que muchas fábricas tuvieron que cerrar. Durante ese tiempo, mi abuelo Carlos experimentó mezclando tabacos de todo el Caribe, incluidos Puerto Rico, Honduras y Nicaragua.
En 1980 encontró el futuro hogar de Arturo Fuente Cigars en el corazón de la República Dominicana. Fue allí donde su hijo Carlito lo ayudaría a llevar la compañía a nuevas alturas con la creación de la famosa línea denominada Hemingway y, más tarde, el primer tabaco premium totalmente dominicano, la línea Fuente Opus X, que dio reconocimiento mundial a toda la compañía. Fue la tenacidad y el valor de ellos lo que realmente permitió que la familia prosperara.
¿Qué papel ha jugado tu padre, Carlos Fuente, en el sostenimiento de una firma que sigue gozando de reconocimiento en el mundo?
La pasión de Carlos por la calidad y por elevar el prestigio de la marca ha llevado a la empresa al más alto nivel. Su visión para todos los detalles de la manufacturación del tabaco, unida a su personalidad embriagadora captaron la atención y determinaron la lealtad de muchas personas. Cada día lleva la empresa a más alto nivel, superando todos los límites para lograr mejores mezclas y envases para mantener intacta la integridad de la marca familiar.
¿Qué significa Tampa para la familia Fuente y, específicamente, para ti?
Tampa es mi hogar. Es la cuna de nuestro centenario negocio familiar de tabacos. Amo mi cultura, música y tradiciones cubanas, que siempre estuvieron presentes mientras crecía en esta mágica ciudad. Tampa es donde conocí a mi esposo y donde me casé, es la comunidad a la que me enorgullece hacer un aporte, es el lugar donde viven mis familiares y amigos más queridos. Tampa es donde está y siempre estará mi corazón.
¿Cuál es tu proyecto con el edificio ubicado en 2708 N 18th Street?
Mi objetivo para 18th Street Factory es restaurarla a su estado original, pero con las comodidades modernas de hoy. Quiero que la gente reviva los viejos tiempos con el ambiente ecléctico de Ybor City. Planeo, a largo plazo, tener viviendas arriba y tiendas minoristas abajo. La parte comercial incluirá una barra de vinos y café que ofrezca una variedad de deliciosos comestibles provenientes de panaderías locales y que representen a las diferentes culturas de esta rica ciudad. Planeamos tener un negocio propio para mujeres y presentar a varios artistas locales en su interior. Aunque todavía es un proyecto en progreso, lo único que puedo prometer es que haré todo lo posible para que la fábrica de cigarros Arturo Fuente más antigua siga existiendo por otros 100 años; porque mi familia, nuestro legado , y nuestra hermosa ciudad lo merecen.